En momentos en que Perú intenta que Machu Picchu se convierta en una de las nuevas Siete Maravillas el Mundo (si recibe el suficiente número de votos), aumentan en la región las tensiones sobre una de las atracciones turísticas más importantes del país.
Un ex alcalde construyó un puente de 80 metros de largo que crea una nueva carretera al sitio, declarado patrimonio de la humanidad por la UNESCO, que amenaza con traer más turistas, y, algunos dicen, abre nuevas rutas para los traficantes de drogas.